
El gobierno alemán ha presentado una estrategia largamente esperada para las relaciones con China que apunta a una “rivalidad sistémica” con la potencia asiática y la necesidad de reducir los riesgos de dependencia económica, pero destaca el deseo de Berlín de trabajar con Pekín en glob…
El canciller alemán Olaf Scholz asiste a la reunión del gabinete del gobierno alemán en la cancillería en Berlín, Alemania, el jueves 13 de julio de 2023. (Foto AP/Markus Schreiber)
La Prensa Asociada
BERLÍN — El gobierno alemán presentó el jueves una esperada estrategia para las relaciones con China que apunta a una «rivalidad sistémica» con la potencia asiática y la necesidad de reducir los riesgos de dependencia económica, pero destaca el deseo de Berlín de trabajar con Beijing en desafíos globales como cambio climático.
El documento de 64 páginas aprobado por el gabinete del canciller OIaf Scholz se basa en la primera estrategia de seguridad nacional de Alemania, emitida hace un mes, que no entró en detalles sobre política exterior. La coalición tripartita de Scholz se había comprometido cuando asumió el cargo a fines de 2021 a elaborar una “estrategia integral de China”.
Alemania tiene la economía más grande de Europa y es el miembro más poblado de la Unión Europea de 27 naciones. Está interesado en mantener buenos lazos con China, su mayor socio comercial en los últimos años, a pesar de la cautela por la creciente asertividad de Beijing y su negativa a criticar la invasión rusa de Ucrania.
En su estrategia, el gobierno dijo que está comprometido a garantizar que la cooperación económica con China “se vuelva más justa, más sostenible y más recíproca”. Señaló que “mientras que las dependencias de China de Europa están disminuyendo constantemente, las dependencias de Alemania de China han adquirido una mayor importancia en los últimos años”.
“No es nuestra intención impedir el progreso y el desarrollo económico de China”, dijo. “Al mismo tiempo, se necesita con urgencia la eliminación de riesgos. Sin embargo, no estamos buscando un desacoplamiento de nuestras economías”. El mensaje se hace eco del emitido en mayo por el Grupo de las Siete principales potencias industriales, incluida Alemania.
La nueva estrategia dejó en claro que Alemania no será disuadida de hacer negocios con el gobierno autónomo de Taiwán, que Beijing considera una provincia separatista. “Alemania tiene buenas y estrechas relaciones con Taiwán en muchas áreas y quiere expandirlas”, dijo.
“El status quo del Estrecho de Taiwán solo puede cambiarse por medios pacíficos y consentimiento mutuo”, dijo. «La escalada militar también afectaría los intereses alemanes y europeos».
La estrategia se dio a conocer unas semanas después de que Scholz y aproximadamente la mitad de su gabinete recibieron a una delegación encabezada por el nuevo primer ministro chino, Li Qiang, cuya visita a Berlín fue su primer viaje al extranjero desde que se convirtió en el segundo funcionario de China en marzo.
En esa reunión, Scholz presionó a China para que apoyara más a Rusia en su guerra en Ucrania, mientras que los dos países se comprometieron a trabajar juntos para combatir el cambio climático como dos de los mayores emisores de dióxido de carbono del mundo.
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